En septiembre de 2017, como parte de las actividades del II Programa de Formación en Artes Visuales (Programa ESTAR de la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Córdoba coordinado por Unidad Básica), Irina Garbatsky visitó Córdoba. La invitamos a dar una charla y a conocer el trabajo de artistas cordobeses que andan entre el arte y la escritura. Fue una cálida tarde en Casa 13. En cada uno de los casos, indagar en estos sitios de expansión o contaminación requiere de la disposición de investigadores como Irina a inventar una dinámica de trabajo singular: devenir entrevistador, oyente, participante, militante, docente, archivista. Más que expandirnos, nos dimos cuenta de que lo nuestro es el contagio y la deformación. De ese encuentro, nació este texto.
Los trabajos de formación, los ejercicios, las compañías, los ensayos, los colectivos, los proyectos y los archivos como ejes problemáticos que atravesaron las artes en los últimos años, también se han convertido en territorios de investigación para los escritores y la propia crítica artística y literaria. En cada uno de los casos, indagar en esta expansión o contaminación requiere del investigador una inquietud por inventar una dinámica de trabajo singular: devenir entrevistador, oyente, participante, militante, docente, archivista. Convertirse en mutante.
Deformarse. La metáfora surgió en las conversaciones con Emilia Casiva, Carla Barbero y Eugenia González Mussano, las tres coordinadoras de Unidad Básica-Museo de Arte Contemporáneo de Córdoba, que coordinaban el encuentro que tuvimos durante setiembre de 2017. Acaso podría plantearse del siguiente modo: a pesar de que las instituciones procuren espacios estabilizados de formación, –de docentes, de artistas, de investigadores– ligados a la especificidad de un saber, ciertos elementos del orden de la alteridad, como la transmisión o la escucha, al mismo tiempo que los habitan y constituyen, corroen creativamente sus bordes disciplinares y metodológicos. Escuchar o pensarse en contacto con esos procesos de de-formación suele atraer la cercanía de materiales y proyectos muy difíciles de circunscribir disciplinarmente, para cuya lectura se exige la creación o recreación de las herramientas con las que se cuenta.
La propuesta tenía como punto de partida una charla a partir de Expansiones de la literatura en el arte, una experiencia que realizamos durante el año 2012 y publicamos en 2013 por la editorial Yo soy Gilda, de Rosario, compilando una serie de escrituras de artistas rosarinos contemporáneos. Escrituras, textualidades “literarias”: textos que interferían los bordes de la poesía, la narración y el ensayo, y que no se orientaban hacia usos que tuvieran que ver con el texto curatorial o el de una muestra. Para los artistas allí reunidos, la literatura se convertía en una práctica exploratoria: una práctica otra, exploratoria de una alteridad respecto de la escena del arte.
El trabajo de estos artistas, al menos en Rosario, en algunos casos fue el de una transformación de los modos de producción de la poesía y de su circulación. Los artistas que incorporaron a sus proyectos de obra, indagaciones que tenían que ver con la producción editorial (los casos más visibles en Rosario, creo, son los de los sellos editoriales de la propia Yo soy Gilda y de Iván Rosado). Formaron, transformaron, deformaron y reinventaron modos de pensar la literatura, de escribir, de publicar, de hacer conocer en la ciudad. Así me parecía entonces y me sigue pareciendo aún.
La invitación de Unidad Básica de 2017 tenía como finalidad formar parte de su ciclo de formación, como parte del Programa Estar de la Secretaría de Cultura, con una charla sobre estas ediciones expansivas en el marco de la Feria del Libro de Córdoba.
Antes de la charla visitamos Casa 13. Allí nos recibió Pablo Natale, junto a un conjunto de artistas cuyos trabajos exploraban los límites entre la visualidad y la palabra, desde formatos muy distintos. Fue muy hermoso tener la posibilidad de conocer sus obras y de conversar con ellos. Pensar qué versiones, qué “expansiones cordobesas”, podrían haberse incluido en esa antología si el proyecto no se hubiera detenido en Rosario. (Si es que aún observamos, y acaso así sea, las tensiones que cohesionan cada campo artístico local en ciudades no metropolitanas, como Rosario o Córdoba; fuerzas que no quitan, por otra parte, el hecho de producir o proyectarse afuera, e incluso de manera global).
En algunos casos, como el de Nicolás Balangero, la obra permitía pensar en determinados factores de la lectura de ficción o de poesía que aparecen como motorizadores, organizadores, disparadores. La obra de Balaguero coloca en primer plano problemas del texto: montajes de imágenes surgidas de textos googleados, anotaciones en borradores, comentarios y glosas en capítulos y artículos, reescrituras y transcripciones, ciframientos, copias. Preguntas como dónde empieza y termina un texto, cuál es su autoría, cuáles son sus intertextualidades o referencias, qué resulta de una traducción o transcripción, –todos temas centrales para la literatura moderna–, aparecen como pensamientos-guía, como una preocupación recurrente. [http://boladenieve.org.ar/artista/5680/balangero-nicolas].
Otra vía fuerte en el vínculo escritura y arte (escritura y vida o escritura y performance) también se lee en la obra de Verónica Meloni. Hace unos años, nos anunció, viene abordando un proyecto en torno de Georges Bataille, volviendo a transcribir toda su obra. Verónica nos abrió carpetas con dibujos increíbles y nos mostró transcripciones –en su mayoría en tinta y en su mayoría ilegibles–, en las cuales lo que se ponía en juego era qué visualidades cobraba esa lectura-escritura, lectura-transcripción, en un transcurrir que parecía infinito. Regresa la figura del copista y también la del tatuador: algo que hace “pasar” de nuevo, desde y por el cuerpo, el texto de otro. Los soportes ponen al cuerpo en situación: copiar a Bataille en un rollo de papel, simulando el formato en el cual escribía Sade. O bien lo posicionan respecto de una lectura, cuando copia a Bataille “profanando” un número original de la revista de Jean Paul Sartre, Les temps modernes. [http://mihojitadenenufar.blogspot.com.ar/ ]
Verónica Meloni ( Lazare, 2017)
En una esfera parecida, también profundamente relacionada con el vínculo entre escritura y performance, estuvo con nosotros la maravillosa Cuqui, quien nos contó el proyecto en curso de su nuevo libro, armado en base a las introspecciones sobre el pasado y el futuro, a través de una serie de personajes construidos, deconstruidos y reconstruidos al estilo Transformers. La escritura de Cuqui posee una indagación de larga data en torno a la performance, y, aunque puedan leerse como tales, sus libros no son ficciones, sino escrituras producidas a partir de ejercicios y exploraciones en la propia vida, la terrenal y presente o en vidas anteriores. [http://www.boladenieve.org.ar/artista/5544/cuqui]
Mauricio Cerbellera (Proceso de combustión controlada, 2017)
Los otros dos proyectos, de Mauricio Cerbellera y de Victoria Gatica, se topan con la textualidad por la vía del archivo. En “Proceso de combustión controlada”, Cerbellera copia (¿transdibuja?) imágenes y fotografías históricas del proceso de producción del carbón durante la primera mitad del siglo XX, y utiliza para ello, entre otras fuentes, el archivo de fotografía etnográfica de Julio Viggiano Esain correspondiente a localidades rurales del norte de Córdoba. Cerbellera vuelve a dibujar fotografías de un archivo histórico con lápiz y en hoja blanca. La migración elabora un pensamiento y una crítica sobre la explotación de la tierra, el trabajo esclavo, la ecología. También escribe un poema, cuya primera estrofa propone: “el eje de la rueda/ la historia que atraviesa/ de un lado al otro/ lo que nunca se detiene”.
Por su parte, Victoria Gatica construye un archivero que incluye fotografías y textos, proyectos y materiales; lo deja en bibliotecas y espacios de estudio. Registra, de incógnito, el encuentro del lector con el archivo inesperado. Explora la lectura como un proceso que reúne a la vez la acumulación y el hallazgo sorprendente, una fórmula suprema de la curiosidad.