CONJUNTO FOLKLÓRICO, por Julia Levstein y Carla Barbero



Corre 2019. A partir de una nota sobre la feria Mercado de Arte Contemporáneo de Córdoba (MAC) publicada en El Flasherito, comienza a circular por algunos whatsapp cordobeses un descontento espasmódico. Por lo que se dice, por cómo y desde dónde se escribe, estamos nuevamente frente un preciso síntoma local: la inquietud por la imagen del medio artístico que proyecta Córdoba (más precisamente, la imagen que proyecta hacia CABA). Ahora bien, la mirada devuelta desde el otro lado del espejo insiste en posarse en los mismos sitios, en comprar el mismo souvenir. Y en su insistencia hay también un movimiento sintomático, una danza (todxs bailamos algún folklore).

A continuación, compartimos una breve conversación entre Julia Levstein y Carla Barbero, escrita desde distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires durante 2019, cuando ambas vivían ahí. La conversación empieza por aquella nota, aunque deriva hacia la escritura y el sentimiento como una táctica para desnutrir la queja.

Como posdata agregar que, en medio del intercambio, al hablar de la proyección de una imagen (y de su hermana gemela, la introyección) aparece en escena, encadenado, un viejo fantasma, otro de esos que insisten. Se trata del profundo miedo al error en el medio del arte de Córdoba, y de la falta de ligereza que le viene adosada. Aunque seguiremos conversando sobre eso en próximos intercambios.

Electrifíquese.

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De: Julia Levstein julialevstein@gmail.com
Fecha: El dom, 8 sep. 2019 a las 10:14
Asunto:
Carla Barbero carlabarbero@gmail.com

Hola Carla, aquí abajo copio y pego mi carta de lectora que envié al Flasherito.


———- Mensaje reenviado ———
De: Julia Levstein julialevstein@gmail.com
Fecha: El lun, 2 sep. 2019 a las 15:26
Asunto:
Para: elflasherito@gmail.com

Hola, cómo están? Disculpen la demora. No es que sea muy importante lo que tengo para decir sobre la nota de Piro Jaramillo, pero decidí pasarlo a escrito en principio porque ustedes me lo propusieron y también porque pienso que el diálogo lectorx/escritorx puede estar bueno.
El puntapié inicial de mi comentario en instagram fueron los datos falsos, pero en verdad mis dudas en relación a la nota van más allá de eso, los datos falsos sólo confirman la falta de cuidado con la que fue escrita. Veo que agregaron una fe de erratas, buenísimo eso.
La releo hoy después de haberla discutido con varies amigues y colegas del arte, con quienes tuve opiniones similares acerca de la violencia sin sentido con la que fue escrita, y ya no me genera tanto rechazo como antes, pero me sigue pareciendo importante contarles por qué tanto escándalo con una nota que puede ser leída simplemente como un comentario personal: el texto tiene un tono crítico pero sin serlo, es decir, pega patadas para todos lados sin un criterio claro. Y a mi entender eso sólo alimenta las posiciones dominantes y en general porteñocéntricas del arte contemporáneo en Argentina. Como en la parte en la que da a entender la posibilidad de que El Pelele haya dicho “soy de derecha, mueransé kukarachas”. Me parece loco que, quizás por preferir generar ficción en una crónica y no hablar con El Pelele, Jaramillo se perdió el caso paradigmático de artista pobre precarizado. Tenía en sus narices la posibilidad de una crítica posta al sistema del arte y a sus contradicciones. Y la nota es toda un poco así, medio en tono civilización y barbarie, viéndonos desde muy afuera, en un papel de llanero solitario que va luchando con la mente, describiendo desgracias desagradables un poco con risa un poco con asco, una soberbia sin sentido que se podría evitar charlando con lxs demás, sin ya haber decidido lo que se iba a escribir sobre ellxs. Viendo por ejemplo las grietas y posiciones no dominantes que tensionaban el escenario del MAC: lxs trabajadores municipales de cultura con carteles exigiendo pagos debidos, las pegatinas de la colectiva de artistas feministas que se colaban por los stands y las paredes del cabildo, qué se yo, por decir algunas. Aunque ya hubiera ayudado mucho a darle veracidad a la acidez de la nota, un poco menos de cuidado en resguardar las identidades de los coleccionistas de los que no se da nombre propio en ningún momento y más cuidado con las pequeñas redes que pueden darse en el arte, sí, también en Córdoba, sí, también con el pasto seco, sí, también con una lamentable mayoría de votos macristas, como en CABA, donde el padrón de votantes es de casi la misma envergadura que el de toda la provincia de Córdoba. Menos bulling y exotismo por favor.
Pd: La verdad que es raro escribirles por primera vez por una crítica negativa porque simpatizo mucho con el diario, está buenísimo que exista y los comentarios no van en formato troll/hater, espero que eso se entienda. Quizás por ser cordobesa y vivir hace poco en Buenos Aires me chocó la construcción medio estereotípica del circuito cordobés, o quizás por haber vivido el MAC con muchísima incomodidad y ansiar una crítica más sensata.
Abrazos

De: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com
Fecha: El dom,8 sep. 2019 a las 14:55
Asunto:
Para: Julia Levstein julialevstein@gmail.com

Hola Julia, creo en estos intercambios por escrito, como el de tu carta de lectora, donde se puede tener un poco más de tiempo no sólo para exponer algunas ideas sino también para ponerlas a circular más jerarquizadas, que en un simple disgusto entre colegas. Porque el punto para mí, más allá de la nota del Flasherito que estimuló el intercambio, es el sentido de la crítica como posibilidad. Equivocarse nunca es un problema (caso data dura inexacta), el problema es considerar que un gesto, como este texto, es un texto crítico.

El punto sobre la pretensión polémica de la nota y la ausencia de una cadena de argumentos y el derrotero descriptivo, pone al descubierto el gesto desde donde se escribió y, con eso, que lo del exotismo y la porteñada es parte del folklore. Aunque coincido que señalarlo es preciso, también sospecho de su recepción, precisamente porque la falta de autoconciencia desde donde se escribe vuelve sordo este reclamo. Y elijo esa palabra porque también se me viene la imagen de “nosotros lxs cordobeses” vociferando frente al resto del mundo. En cambio, señalar “que no hay de dónde agarrarse” en la nota, me parece una vía más productiva, ligeramente sensible para quienes se dedican a esto de escribir, y aporta además algo de problematizar “el ideal de recepción”, es decir, que hay lectorxs reales y no unx “general” que vaya a saber cómo se compone pero intuimos se parece a “nosotrxs”.

En Córdoba hay muy poca gente escribiendo (o al menos muy pocos lugares donde leer lo que se escribe, si algo se escribe) y con escribir digo destinar el tiempo para ver y pensar en otrxs. No es sólo el macrismo que arrasó estos años con todo, también creo que hay falta de generosidad y un poco de abulia también. Entonces, “vienen de afuera a hablar de nosotrxs” y es más interesante responder escribiendo como lo hiciste, que quedándonos en la queja. Así que gracias por eso.

Cariños

De: Julia Levstein julialevstein@gmail.com
Fecha: El dom,8 sep. 2019 a las 18:52
Asunto:
Para: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com

Hola Carla, está bueno lo que decís. Lo del porteñocentrismo y el exotismo que se vuelve folklore me pareció muy atinado porque, aunque me parece que hay que remarcarlo, también entiendo que es un lugar común. Estos meses en Buenos Aires (además de alimentarme de nuevas críticas a los centros) me están haciendo pensar bastante en cómo somos lxs cordobeses (si existe algo como eso), algo así como una autocrítica, no sé, no tiene mucha forma todavía. Y sí, pensé en un momento: qué le vengo a exigir a estos pibes que están tranquis en Buenos Aires que nos conozcan mejor, cuando bien podríamos generar nuestra propia crónica nosotres… quizás en algún momento me anime y arme algo por mi cuenta. Hace poco la escuché a Emilia hablar sobre la ausencia de escritura en Córdoba y me incomodó mucho esa idea, porque es bastante cierta. Puede ser un poco falta de generosidad y abulia… también creo que es un poco de miedo al error y falta de ligereza, o quizás esa soy solo yo. Muy lindo lo de problematizar el ideal de recepción y les lectores reales. Gracias por la generosidad en la respuesta. A veces me cuesta un poco charlar en la vida real pero está bueno pensar en conjunto estas cosas. Espero que nos sigamos encontrando por ahí.

Abrazo grande

De: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com
Fecha: El dom,15 sep. 2019 a las 13:08
Asunto:
Para: Julia Levstein julialevstein@gmail.com

Hola Julia. Es domingo, y aunque un poco desordenadas van aquí algunas ideas.

Lo de la autocrítica parece que lo podemos hacer a la distancia, de hecho creo que más que autocrítica es un sano ejercicio de “mirarnos”, si es que existe un nosotrxs.

Esos dos puntos que mencionás, la falta de ligereza y el miedo al error, aunque parezca, no están alejados de lo que digo cuando hablo de falta de generosidad. Esa moral tan abigarrada, tomarse demasiado en serio a unx mimsx quizás sea una expresión del miedo al error, que para mí no es estrictamente personal: ¿a qué le tenemos miedo?, ¿a quiénes fallamos?, ¿quiénes autorizan que lo que hacemos esté bien o mal?, incluso ¿por qué lo que hacemos debe estar evaluado en esos términos, y no entre disfrute y aburrimiento, o como coherente o disparatado (por decir cualquier otro tipo de valoración)? Hay una figura que opera como autoridad desde los tiempos de la Colonia. Si no es dios, son los jesuitas, o es la universidad, o son los docentes y “profesionales del arte” a los que unx quiere agradar y me encantaría nombrar otras instituciones pero lo cierto es que hace años que no hay una institución cultural que construya imaginarios significativos * (excepto la feria, que prefiero dejar afuera de esta discusión porque ese imaginario ahora no me resulta pertinente).

Cuando pienso en generosidad pienso es redes ligeramente más horizontales, que aun cuando estén atravesadas por las formas de autoridad que sea, puedan tejer valores de confianza y empatía. ¿Quiénes nos dan confianza?, ¿quiénes comparten desde la empatía?, ¿quiénes nos hacen más fuertes, más inteligentes, más grandes? La generosidad como una forma posible de responder a la relación con “esa autoridad”. Porque parece algo muy constitutivo esa seriedad, que nos vuelve rígidxs, y también autoritarixs. Y ahí es donde se reproduce ese estéril circuito entre artistes-fantasmas de autoridad. Cuando digo generosidad, refiero tanto a la actitud que podemos tener con otrxs como a la que tienen con nosotrxs: así como nos quejamos de los porteños por su “centro” lo hacemos invocando una “periferia”, dejando el síntoma florecer y crecer raíces. Creo que cuando criticamos la “ligereza” de otrxs, en el fondo deseamos poder relajar un poco, deseamos un poder hacer menos especulado.

Y volviendo a la escritura, creo que es uno de los grandes territorios donde desafiar a “la autoridad”. Porque básicamente es darle lugar a la propia voz, autorizarnos incluso a decir boludeces.  Y aquí entra lo de la abulia. Murmurar, criticar, quejarse, reprochar, todas acciones antieróticas. Y arte sin eros es la mismísima muerte. Hacer las cosas de otro modo y la comodidad de vivir atendiendo a la autoridad y sus mandatos, todo tiene su costo. No creo que falte consciencia sobre esto, y esa es mi mayor crítica. Lo que falta es decirlo, y decirlo también tiene consecuencias, más para las mujeres. Por mi parte, antes fallida que muerta.

un beso

*En poco menos de dos años desde la escritura de estos correos a la publicación actual, me interesa nombrar lo que sí se ha construido y que es extraordinario. Y es la creación de TAF (Trabajadorxs del arte feministas) un colectivo que desde el activismo elabora con transversalidad un espacio de pensamiento y acción reelaborando prácticas, acuerdos e imaginarios de convivencia y participación en el arte de Córdoba.

De: Julia Levstein julialevstein@gmail.com
Fecha: El lun,23 sep. 2019 a las 21:31
Asunto:
Para: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com

Hola Carla, gracias por compartirme tus ideas, preguntas y conclusiones. Las estuve pensando un montón. Acuerdo mucho con las cosas que decís y confío en que de a poco, esos enunciados se me van a hacer cuerpo, algo medio alquímico… como las cicatrices. Espero que podamos fallar cada vez un poco mejor (ja). Hice un par de intentos de respuesta pero nada me convencía mucho, como si la mejor respuesta fuera activar, seguir mi instinto, no censurar el eros del arte, me dejaste medio sin palabras. Estas que escribo ahora, que no resuelven nada, son para ejercitar esto de errar, no sólo en soledad, sino también siendo vista por otres. Tomando la vulnerabilidad como un valor. Algo que podría agregar es que creo que a esa búsqueda de ser queridxs y agradar se la calma con el antídoto de querer un poco más. ¿Vos decís que acá en CABA la gente se quiere más? ¿Es más libre? A veces siento eso, pero no sé si son simplemente otras estructuras que funcionan vistas de lejos y después se disuelven. Hoy revisando cuadernos encontré este esquema que hice antes de venir para Buenos Aires, en un intento de sistematizar algo de lo que pienso siempre medio en el aire. Lo armé con frases de textos que leí o de diálogos que tuve. Creo que tiene que ver con las cosas que charlamos y las preguntas de tu último mail. Te lo dejo adjunto. Si estos mails fueran cartas, esta última la pienso como una postal. Abrazos grandes y buen lunes. Probablemente la semana que viene nos encontremos en la inauguración de Lucas. Besos,

Juli

De: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com
Fecha: El lun,14 oct. 2019 a las 13:08
Asunto:
Para: Julia Levstein julialevstein@gmail.com

Gracias por la postal, ese sí que es un paisaje, un monte serrano bien tupido 🙂

Justo que hablamos de escritura, me enviás una imagen. Yo diría que no te quedaste sin palabras, hay muchísimas!

Haré una leve pirueta hacia atrás porque no quisiera dejar a mitad de camino unas ideas. Mencionaste “nuevas a críticas a los centros” y lo relacionaste con la posibilidad de una autocrítica, y ahora me da curiosidad qué hechos, qué imágenes, qué anécdotas fueron las que motivaron el sentido de novedad, es decir, no me interesa tanto cuáles son esas nuevas críticas, como sí me entusiasma conocer bajo qué circunstancias comprendiste lo novedoso. Porque la curiosidad y la escritura son mejores amigas. La novedad y la sensualidad, también.

Pienso que compartir esas experiencias podría ser el equivalente al ejercicio que hago cuando leo lo que se escribe sobre la obra de alguien. Y entre grandes temas de la enciclopedia universal, o pequeños tratados de huérfanos estilos, a veces termino de leer y no sé si era un dibujo o si tenía colores o se movía. Este ejemplo hace un prensado –paraguayo– la asociación entre la escritura y su objeto, el interés primero y la dirección de la mirada después. La escritura como una pregunta, un regalo, acto mágico y un juicio. Imaginación, austera o abundante, poética, descriptiva, antipática o servil. Pero nunca indiferente. 

Que tengas una buena semana. 

ah! que si acá se quieren más?? jajaja es para otra charla esa pregunta!

Cariños

De: Julia Levstein julialevstein@gmail.com
Date: El mar,26 nov. 2019 a las 17:13
Subject: Re:
To: Carla Barbero carlabarbero@gmail.com

Hola Carla, cómo va? Estoy pensando que lo mejor para mí, para pensarme cordobesa en Buenos Aires, va a ser dejar de separar esos espacios. De alguna manera los habito a la vez. Voy variando, de sentirme seducida por la duda, los pensamientos subterráneos que veo más en nuestra forma de ser artistas/pensar el arte en Córdoba y la espontaneidad y actividad/grito constante de Buenos Aires.

Respecto a tu pregunta sobre la novedad, lo nuevo para mí es que este es el primer año que me dedico a hacer arte todos los días, a pensar en ser artista todos los días, no sé si lo seguiré sosteniendo, por ahora sí. Entonces no puedo separar mi experiencia novedosa en esta rutina de la ciudad en donde estoy viviendo, el programa que estoy haciendo, etc. Sin dudas necesito un poco de distancia para pensar Buenos Aires, así como lo necesité para pensar Córdoba. Creo que fui injusta con la pregunta por la libertad, bah, injusta y boluda. No me interesa hacer una competencia entre qué es mejor, más libre o más no sé qué, prefiero guardar el vasito medidor y dialogar con otres.

Me doy cuenta con cuánta facilidad naturalizo lo que hace un tiempo era novedoso, quizás es un modo de superviviencia, aunque me da miedo.

Aprovechando el tema de la escritura/anécdota/novedad voy a compartirte una vez más una imagen llena de palabras, es un poster en el que escribí varias ideas a principio de año, cuando estaba en tensión constante con Buenos Aires.

un abrazo